Los altos índices de violencia que registra Ecuador han provocado el desplazamiento interno de más de 300.000 personas en los últimos dos años -la mayoría de ellos ecuatorianos-, según proyecciones de las Naciones Unidas, a partir de un estudio realizado a 3.000 personas.
Federico Agusti, representante en Ecuador del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), recordó que 2023 fue el año más violento en la historia de Ecuador; hubo una ligera disminución en 2024 en la tasa de homicidios principalmente; y volvió a aumentar en el primer semestre de 2025 «con números muy, muy altos», lo que ha impulsado el desplazamiento interno.
Ello, pese a que Ecuador está desde inicios de 2024 bajo el «conflicto armado interno» declarado por el presidente Daniel Noboa para enfrentar la escalada de violencia, causada por el auge de las bandas del crimen organizado, dedicadas mayormente al narcotráfico, pero también a la minería ilegal, a las extorsiones y a los secuestros.
El Gobierno ha catalogado a las bandas criminales como grupos «terroristas», y ha declarado sucesivos estados de excepción para facilitar las operaciones de la Policía y las Fuerzas Armadas contra estas estructuras delictivas.