El Premio Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado fue recibido este miércoles en Oslo por su hija, Ana Corina Sosa.
Según confirmó esta misma mañana el Instituto Nobel, la opositora venezolana no alcanzó a llegar a tiempo a Noruega para estar presente la ceremonia, pero viajará igualmente.
A nombre de su madre, Ana Corina Sosa recogió el diploma acreditativo y la medalla Nobel que acompañan al Premio, de manos del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes.
Visiblemente emocionada, Sosa recibió un ovación de pie del público, acompañada por una foto de su madre, de quien leyó un mensaje escrito.
«Permítanme rendir homenaje a los héroes de este camino: a nuestros presos políticos, a los perseguidos, a sus familias y a todos los que defienden los derechos humanos; los periodistas que se negaron a callar, los artistas que han cargado nuestra voz», dijo Machado a través de su hija.
La dirigente política continuó agradeciendo: «A nuestros equipos, a mis mentores, a mis compañeros activistas políticos, a los líderes alrededor del mundo que han defendido nuestra causa. También a mis tres hijos, mi adorado padre, a mi madre, a mis tres hermanas, a mi valiente y amado esposo, que me han apoyado durante toda mi vida».
Machado concluyó agradeciendo, «por encima de todo, a los millones de venezolanos anónimos: a ellos pertenece este honor, a ellos pertenece este día, a ellos pertenece el futuro», leyó Ana Corina en inglés, antes de cerrar con un «gracias» en español.
La ceremonia estuvo presidida por los reyes Harald V y Sonia de Noruega.
También asistieron el virtual presidente electo de Venezuela, Edmundo González; el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store; el presidente argentino, Javier Milei, el panameño, José Raúl Mulino; y el paraguayo, Santiago Peña.
Desde nuestro país, la hija del fallecido presidente Sebastián Piñera, Magdalena Piñera Morel, estuvo presente en la ceremonia y señaló previo a la entrega que «María Corina es una mujer que ha luchado incansablemente por la democracia, por los derechos humanos, por la libertad de Venezuela, un pueblo que ha sufrido por años la dictadura de Nicolás Maduro y que se merece la libertad y se merece una democracia y se merece ser un pueblo que viva en paz».
Antes de entregar el galardón, Frydnes pronunció un discurso en el que instó a Nicolás Maduro a dejar el poder y aceptar «una transición pacífica hacia la democracia»; exhorto que recibió un largo aplauso de los invitados en el Ayuntamiento de Oslo.
Además del diploma y de la medalla, el Premio Nobel de la Paz va acompañado por 11 millones de coronas suecas, equivalentes a 1,2 millones de dólares: casi 1.100 millones de pesos chilenos.