La UDA desarrolla un modelo integrado de salud digital para fortalecer la atención regional

En el corazón del desierto más árido del mundo, la Universidad de Atacama está demostrando que la ciencia puede cambiar la vida de las personas. A través del proyecto Salud Digital Atacama, la institución está llevando atención médica, tecnología e innovación a las zonas rurales más apartadas de la región, abriendo un nuevo camino para la salud pública en Chile.

El piloto comenzó con 30 personas con diabetes, dislipidemia o hipertensión en la comunidad rural de Los Loros, y este año alcanzará a más de 200 habitantes de Alto del Carmen, Tierra Amarilla, Diego de Almagro y Chañaral. En 2026, el programa llegará al resto de la Región de Atacama, duplicando su cobertura y consolidando un modelo de salud digital regional con proyección nacional.

Fue en 2015 cuando un desastre natural golpeó a la región y reveló una realidad persistente, las profundas dificultades que enfrentan las comunidades rurales y apartadas de Atacama para acceder a la salud y a la conectividad digital. Fue entonces cuando María Paola Vieytes, académica e investigadora de la Universidad de Atacama, decidió buscar una solución desde la ciencia. “Nos preguntamos cómo podíamos acompañar a las personas con enfermedades crónicas que no pueden asistir regularmente a sus controles médicos y cómo podríamos monitorearlas de manera remota”, recuerda. De esa pregunta nació una idea que hoy es un referente en innovación aplicada, un sistema que combina tecnología, inteligencia artificial y acompañamiento humano para reducir las brechas de atención en salud.

Cada persona participante recibe un kit de monitoreo que le permite registrar sus indicadores de salud y transmitirlos de forma remota a los equipos médicos. Los datos son procesados mediante el Sistema Integral de Monitoreo (SIM), una herramienta desarrollada por la Universidad de Atacama que utiliza inteligencia artificial para analizar la información e integrarla automáticamente en la ficha digital de cada paciente. Así, los profesionales de la salud pueden evaluar los resultados en tiempo real, tomar decisiones más rápidas y mejorar el seguimiento de enfermedades crónicas. Este sistema se complementa con tecnología médica “en el punto de atención”, que permite realizar exámenes de sangre y obtener resultados en pocos minutos, mejorando la oportunidad diagnóstica en las postas rurales.

Sin embargo, el verdadero valor del proyecto no está solo en la tecnología, sino en el aprendizaje que promueve. A través de talleres y capacitaciones, la universidad acompaña a las comunidades y al personal de salud en el uso de herramientas digitales, fomentando una cultura de autocuidado y empoderamiento. Cuando las personas comprenden cómo responde su cuerpo y pueden tomar decisiones informadas sobre su salud, se genera un cambio profundo y duradero. Ese es el espíritu que impulsa esta iniciativa, convertir la investigación en bienestar y la ciencia en una aliada cotidiana.

Ciencia aplicada con identidad regional

Salud Digital Atacama es mucho más que una herramienta tecnológica. Es un esfuerzo colectivo que une investigación científica, compromiso social y trabajo interinstitucional. Además del sistema de monitoreo, la universidad desarrolló GeoSalud Atacama, una plataforma geográfica abierta que permite conocer los recursos, riesgos y determinantes de salud en la región, fortaleciendo la gestión pública basada en evidencia.

A nivel global existen experiencias similares, pero en Chile esta propuesta es pionera. “Al día de hoy, se trata de una experiencia única en nuestro país, diseñada desde una universidad estatal, transferida a un programa público de salud primaria y con aplicación directa de inteligencia artificial en un proceso asistencial. Para asegurar la protección de datos clínicos, el sistema de monitoreo cuenta con un marco normativo y un protocolo de investigación que permite, además, el uso de la información para aportar a la investigación en enfermedades crónicas. Desde Atacama estamos demostrando que se puede innovar con impacto real”, enfatiza Vieytes.

El proyecto cuenta con financiamiento del Gobierno Regional de Atacama y el apoyo del Servicio de Salud Atacama, además de colaboración de empresas regionales comprometidas con la innovación y la salud.

De Atacama para Chile

Durante 2024 se lanzó el piloto y durante este 2025 se incorporarán nuevos desarrollos de inteligencia artificial para perfeccionar los sistemas y avanzar hacia una salud pública más personalizada. El objetivo es claro, convertir este modelo en un programa ministerial que transforme la atención de salud en Chile. “Gracias a las personas que cada día siguen su protocolo de monitoreo personalizado y al apoyo de las direcciones de salud municipal, nos proyectamos como equipo a lograr que esta iniciativa se transforme en una política pública”, señala Vieytes.

En palabras de la Vicerrectora de Investigación y Postgrado de la Universidad de Atacama, Dra. María José Gallardo, este proyecto “refleja la misión de nuestra universidad, generar conocimiento con sentido, al servicio de las personas y del territorio. Salud Digital Atacama es un ejemplo de cómo la investigación aplicada, con pertinencia y colaboración, puede mejorar la calidad de vida y aportar a un país más equitativo”.

Hoy, la Universidad de Atacama reafirma su compromiso con el fortalecimiento de las capacidades científicas regionales. A través de iniciativas como esta, la institución consolida su papel como motor del desarrollo sostenible de Atacama, promoviendo una ciencia abierta, inclusiva y con identidad territorial.

Porque las grandes transformaciones también comienzan en el norte, donde la ciencia florece en el desierto y se pone al servicio de las personas. La Universidad de Atacama está demostrando que hacer ciencia con identidad territorial es también construir un país más justo, sostenible y profundamente humano.

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