Sydney Sweeney se propuso uno de los retos más exigentes de su carrera al transformarse en la legendaria boxeadora Christy Martin para el biopic Christy.
La actriz de Euphoria y The White Lotus cambió drásticamente su físico y se sometió a un riguroso entrenamiento de boxeo que incluyó combates reales frente a la cámara.
La película dirigida por David Michôd tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) el 5 de septiembre y fue recibida con una ovación que ya genera rumores de nominación al Oscar para la actriz de 27 años.
Para dar vida a Christy Martin, considerada una de las boxeadoras más exitosas de los años 90, Sweeney decidió transformar por completo su cuerpo.
En entrevista con Vanity Fair, publicada el 4 de septiembre, la intérprete confesó que la experiencia fue satisfactoria: “Me sentí muy fuerte y poderosa. Lo amé. Poder perderme y convertirme en un vehículo para alguien más es mi sueño”.
El cambio no fue menor: ganó entre 14 y 16 kilos en cuestión de meses.
Su rutina de entrenamiento incluyó ejercicios con pesas durante una hora por la mañana, dos horas de kickboxing al mediodía y una segunda sesión de pesas por la noche.
En todo ese proceso, la acompañó un nutricionista, un entrenador de boxeo y un preparador físico.
Además, como le contó a Variety durante el TIFF, adoptó una dieta de alto consumo calórico.
“Aumentamos mi ingesta de calorías y empecé a tomar muchos batidos de proteínas, suplementos y a comer de todo. Comía mucho Smucker’s, muchos sándwiches de mantequilla de maní y jalea, malteadas… siempre estaba comiendo porque era tan activa que lo quemaba todo”, explicó.
La ingesta de alimentos y su trabajo en el gimnasio le dieron los resultados que quería, aunque verse en el espejo sí la sorprendía.
“No entraba en ninguna de mis prendas. Normalmente soy talla 23 en jeans y llegué a usar una 27. Mis pechos crecieron. Y mi trasero se hizo enorme. ¡Fue una locura! Estaba como: ‘¡Oh, Dios mío!’ Fue increíble, me sentía tan fuerte, con una fuerza descomunal”, destacó también en diálogo con W Magazine.
Aunque Sweeney practicó artes marciales en su adolescencia —como jiu-jitsu, grappling y kickboxing—, el boxeo le presentó un reto completamente nuevo.
“Mis posturas y gran parte de mi técnica son diferentes al boxeo”, explicó en Vanity Fair. “Te posicionas distinto y, por supuesto, no te llevan al suelo: todo sucede de pie”.