Xi Jinping le pidió a los jefes del Consejo de Seguridad de China que se preparen para escenarios extremos

El presidente chino, Xi Jinping, pidió en una reunión interna del Partido Comunista (PCCh) “esfuerzos para modernizar y mejorar la capacidad de la seguridad nacional” ante “las circunstancias desafiantes que afronta el país”.

El mandatario instó a “seguir siendo muy conscientes de las circunstancias complicadas y desafiantes a las que se enfrenta la seguridad nacional” y a “comprender correctamente” los principales problemas que afronta.

En su intervención, Xi no detalló en qué consisten esos problemas, aunque la prensa local apunta a las fricciones con Estados Unidos, la tensión en el mar de China Meridional o la cuestión de Taiwán como las principales preocupaciones del liderazgo chino.

Xi, también secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central, hizo las declaraciones el martes al presidir la primera reunión de la Comisión de Seguridad Nacional del XX Comité Central del Partido, recoge este miércoles la agencia estatal Xinhua.

Según la reunión, el PCCh ha conseguido hasta ahora “proteger resueltamente la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo nacionales”, pero asegura que los problemas hoy son “considerablemente más complejos y mucho más difíciles de resolver”.

Por eso, el Partido subrayó la necesidad de “estar preparados para afrontar escenarios peores y extremos” y estar listos para “soportar fuertes vientos, aguas turbulentas e incluso peligrosas tormentas”.

Asimismo, la reunión instó a realizar esfuerzos “para salvaguardar la seguridad política” y “mejorar la gobernanza de la seguridad de los datos de Internet y de la inteligencia artificial”.

China necesita “un nuevo patrón de desarrollo con una nueva arquitectura de seguridad”, dijo Xi.

China ya dedica enormes recursos a suprimir cualquier aparente amenaza política al dominio del partido, y el gasto en policía y personal de seguridad supera al presupuesto del ejército.

Aunque censura sin descanso las protestas en las calles y las críticas en internet, los ciudadanos han seguido expresando su descontento con las medidas del gobierno, como ocurrió recientemente con los draconianos confinamientos para combatir los contagios de COVID-19.

China ha estrechado los controles sobre su sector tecnológico en un esfuerzo de reafirmar el control del partido, pero al igual que otros países está teniendo problemas para regular las IA, una tecnología que avanza con rapidez.

Las investigaciones iniciadas en los últimos meses a consultoras extranjeras en China -por “omitir riesgos de seguridad nacional” o “transmitir información confidencial al extranjero”- han sembrado la inquietud en el sector y en potenciales inversores foráneos, mientras China defiende que se trata de actuaciones aisladas.

Por otra parte, China reformó en abril su Ley Antiespionaje para incluir la “colaboración con organizaciones espías y sus agentes” en la categoría de espionaje.

Los legisladores explicaron que la reforma “se adhiere a un enfoque orientado a solucionar los problemas” y que “amplía” las categorías de objetos cuyo hurto se clasificará como “robo de secretos”.

“Esta ley ampliará adecuadamente el alcance de lo que se considera espionaje, con todos los materiales relacionados con la seguridad nacional que se deben proteger”, según el diario oficialista Global Times, que agrega que el país está “redoblando sus esfuerzos” para protegerse en un momento en el que “Occidente, liderado por Estados Unidos, está intensificando sus actividades de espionaje en China”.

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